Como la cigarra

Julio tiene su propia música.

El día que yo nací, nacieron tooooodas las flooooores
Comestibles como las alcachofas, las flores de calabaza, la yuca, coliflor, salsifíes, azafranes, vainillas, monardas, flor de un día, taco de reina, mastuerzos, violetas, rosas, mmmmh....
Bebestibles: jamaica, manzanilla, azahar,
Insustituibles;belladona, beleño, estramonio, cardamomo... ay

.........y en la pila del bautismo cantaron ....
! Todas las chicharras!

Su maravilloso concierto en sol sostenido me ha acompañado cada verano, con su recordatorio de insurrecta mortalidad. Su viaje hacia lo azul dura casi 17 años, madura despacito y cuando sale lo hace cante y cante.

Samaniego y Lafontaine estaban bien pendejos: las hormigas solo sirven para plagar mis macetas y hacerle asaltos express a mi azucarera. Si se muere un millón de hormigas, qué? Las legiones son terribles por anónimas y reemplazables. An ant is an ant is an ant...

En cambio, a las almas achicharradas nos vale madre ahorrar para el invierno, que se venza la renta o que nos corten el teléfono. Conocemos bien el fondo de los sótanos, Perséfone es nuestra comadre y no tenemos interés en ingresar a los Record Guinness ni al Tec de Monterrey.

Con sus élitros bien temperados, las chicharras me recuerdan el signo bajo el que llegué a este planeta: la terquedad.

Julio prende un cenital: la luz de Sirio. la mayor de las estrellas para este intermedio cómico-magico-musical a cargo de mi comadre la Mercedes Sosa:


Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí, resucitando
Gracias doy a la desgracia y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra,
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron, tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui, sola y llorando
Hice un nudo del pañuelo, pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra,
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces te mataron, tantas resucitarás
cuántas noches pasarás desesperando.
Y a la hora del naufragio
y a la de la oscuridad
alguien te rescatará,
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra,
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
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El chirrido maestoso me hace desear ardientemente solo una cosa: La llegada del invierno.

(Traten de dormirse cuando hay 35 grados centígrados a las cuatro de la madrugada. Entenderán mis ansias de esquimal y también porqué se tardan tanto en salir a chirriar las cigarritas. Brutas, lo que se dice brutas, no son).