13 marzo 2008

¿Quién le teme a Sanjuana?




Las democracias se miden por el respeto al ejercicio periodístico.
Sanjuana Martínez.



Sanjuana Martínez, Premio Nacional de Periodismo 2006, ha sido "despedida" de Milenio Diario de Monterrey.

Ella tiene una trayectoria de 21 años en el periodismo. El resumen biográfico que aparece en la página del Premio, agrega que "Sanjuana estudió en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Continuó sus estudios de posgrado en la Universidad Complutense de Madrid.


Ha investigado asuntos relacionados con la defensa de los derechos humanos, la actividad terrorista y el crimen organizado, tanto en México como en Estados Unidos y Europa. Ha trabajado para diversos medios de comunicación mexicanos y cubierto los fenómenos migratorios de Europa y el norte de África.

Recorrió la frontera entre México y Estados Unidos para ofrecer los pormenores de la tragedia cotidiana de los migrantes mexicanos. Como corresponsal cubrió las distintas crisis de la Iglesia católica y se adentró en los delitos de pederastia cometidos por el clero, que han estremecido los cimientos de la Santa Sede. Es autora del libro: “Manto púrpura. Pederastia clerical en tiempos del cardenal Norberto Rivera Carrera” (Editorial Grijalbo).

El Comité para la Protección de los Periodistas con sede en Nueva York documentó y denunció las amenazas de muerte que la periodista ha recibido a raíz de sus investigaciones en torno al cardenal Norberto Rivera Carrera y los delitos de abusos sexuales de sacerdotes en México.

Ha publicado los libros: “La cara oculta del Vaticano”, “Si se puede. El movimiento de los hispanos que cambiará a Estados Unidos” y coautora de los textos: “Un día sin inmigrantes” y “Voces de Babel”. Hasta aquí la semblanza, que se queda corta.

Bien, por todo esto y por documentar las atrocidades del ejército mexicano contra mujeres indígenas, por cadillo, porque no se calla, la callan los que no quieren perder clientes poderosos, privilegios, prebendas o porque tal vez tienen miedo de ser exhibidos tarde que temprano. A bocajarro era el título de su columna en Milenio, curiosamente hoy borrada de la versión electrónica del portal de ese medio.

En ese diario lo mismo hicieron con Elia Martínez Rodarte (www.ivaginaria, blogspot.com) hace unos años. Les asustó que escribiera con desparpajo sobre sexualidad.

Ahora, hace poco censuraron a Carmen Aristegui, en Televisa.

De la misma forma se ha intentado silenciar a Lydia Cacho por denunciar la corrupción, las complicidades entre pederastas y políticos.


Las periodistas que menciono, dejaditas no son. Esperemos mejores y mayores sorpresas de cada una. Habrá quienes piensen que ellas no están esperando que salgamos en su defensa.

Pero es una obligación hacerlo. Si ya se lo hicieron a una, a dos, a tres de las más valientes, reconocidas e inteligentes periodistas. ¿A cuántas más, menos visibles que ellas, les ha pasado o les pasará ahora?


Mientras sigamos pensando que eso no nos incumbe, que no importa lo que le hagan a los y las otras, estamos perdidos, perdemos todos. Vendrán por tí, por mí, por tod@s. Seguro.

Quien le teme a Sanjuana, a Lydia, a Carmen, a Elia, a Sara... a todas las mujeres que se atreven a decir la verdad sin tapujos y sin concesiones, simplemente le teme a la verdad.