31 julio 2008

Con patente de Corsi o la máscara del pederasta




Hace unos cuantos días, una noticia cayó como bomba en la comunidad psicoanalítica internacional así como entre quienes trabajamos para erradicar la violencia familiar y de género.

El psicólogo argentino Jorge Corsi, el experto más consultado en América Latina en este tema, autor de numerosos libros sobre terapia y medidas de protección a víctimas de abuso, director de la especialidad de violencia familiar en la Universidad de Buenos Aires, fue detenido hace unos días bajo la acusación de liderar una banda de pedófilos en esa ciudad, que es integrada además, por el profesor de música Marcelo Rocca Clement y el profesor de educación física Augusto Correa.

De acuerdo con las notas publicadas en los principales medios de información argentinos, replicadas de inmediato en el continente y en Europa, la investigación se inició el año pasado cuando una de las víctimas, un adolescente de 15 años, contó a sus padres que había sido abusado sexualmente y filmado en reiteradas oportunidades por Corsi y otros dos adultos amigos de éste, uno de ellos acusado con anterioridad y en espera de juicio por el mismo delito.

Se detalló que este grupo, con el apoyo de dos jóvenes más captaban a menores en cibercafés, se ganaban su confianza y por último “los hacían participar de fiestas sexuales en el departamento de Corsi, que eran filmadas y subidas a sitios pedófilos de Internet”. En los allanamientos practicados, “se decomisaron computadoras y un centenar de discos compactos y revistas con todo ese material pornográfico”. Se supo también que uno de los “reclutadores” también había sido abusado cuando era menor de edad por uno de los supuestos cómplices de Corsi.

Las reacciones han ido de las más previsibles hasta las más extremas; negación e incredulidad por parte de los colegas y alumnado de Corsi, al cual tenían por su “gurú”, y tímidamente han salido a defender la credibilidad del profesional; indignación generalizada entre la comunidad y el esperado linchamiento mediático; el deslinde de sus empleadores en la universidad bonaerense, que se apresuraron a borrarlo de la nómina. Y una extrañísima, proveniente de la Editorial Paidos, casa que ha publicado la mayor parte de las obras del psicólogo: la de suspender la venta de las mismas. (Aquí aclaro que, como punto y aparte, aunque yo no estuviera de acuerdo con las ideas vertidas, me parece harto cuestionable esta medida. Por ejemplo, se sigue publicando Mein Kampf, de Hitler, y leerlo o no es derecho del lector/a, por lo que cualquier hoguera inquisitorial alimentada de libros me estremece tanto como el asunto principal que hoy les comparto).

Mientras se esclarece jurídicamente la responsabilidad o no de Jorge Corsi, el caso da escalofríos. Él ha sido un creador de modelos de atención a víctimas y ha participado en el diseño de las herramientas para detectar el perfil psicológico del agresor/abusador.¿Se le aplicarán ahora a él mismo, sabiendo que quien hace la trampa sabe salir de ella?, ¿cómo pudo, de ser ciertas las acusaciones, desplegar tanta sangre fría para mantener su imagen de experto asesor de organismos internacionales en el tema de violencia y al mismo tiempo ocultar sus actividades de pederasta, incluso ante su mismo gremio con el que interactuaba permanentemente? Su artículo ¿Por qué es más fácil creerle al victimario que a la víctima?, pudiera pintarlo de cuerpo entero.

Recuerdo los elogios vertidos hacia él por quienes acudieron a escuchar sus conferencias aquí, en Monterrey, hace unos años.

Me dirán que es paranoia, pero hay un matiz importante que encuentro en el diccionario (DRAE): pedofilia es la “atracción erótica o sexual que una persona siente hacia un niño o adolescente”, y pederastia es el “abuso sexual cometido con niños”. ¿Es posible mantenerse en el simple terreno de la atracción sin pasar al del abuso? Lo dudo, cada día presenciamos nuevos casos y vemos las devastadoras consecuencias en las víctimas. No hay tratamiento ni terapia que le devuelva por completo a un niño o niña la confianza en la gente y el sentido de la vida después de una experiencia así.

Las investigaciones siguen su curso. Hasta hoy Corsi se ha negado a declarar y aún faltan los testimoniales de más víctimas, que pudieran ser seis, según se ha reportado en las notas. El daño está hecho: no solo a los menores y sus familias, pues a raíz de este caso, la suspicacia social se traslada a las intervenciones de los profesionales en terapia psicológica (a quienes ahora se verá con recelo) y a las instituciones encargadas de atender esta problemática. Quiero ver cómo conduce este caso la justicia argentina.

Ahí tienen otra de las máscaras del poder, la de quien dice amarte tanto… tanto… tanto, que jamás permitiría que nadie más te hiciera daño.

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10 julio 2008

Por fin la lluvia

Llegó la lluvia después de tanto sol encabronado. Ya es posible dormir bajo el siseo, con un sueño de tronco remojado. Los osos que bajaron de las montañas en busca de agua y de comida las tendrán, sin tener que mendigárselas a los botes de basura de Monterrey.

Las cigarras se han tardado este año. Las sustituyen, por lo pronto, los grupos de escribidor@s que se apuran a leer sus cositas antes de que el agua del olvido las borre o la inundación de su colonia les eche a perder las libretas.

Es verano.... y hasta la tipografía sale a bailar:


Typolution






Visto en:s-nonblog.blogspot.com

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