De sotanas y minifaldas O de la canícula y el cromañón

Amigas, prepárense a cambiar su guardarropa entero. Si hacemos caso a las declaraciones de “especialistas” (publicadas en los periódicos locales en Monterrey y nacionales en las últimas semanas) los asesinatos, las agresiones y las violaciones a mujeres y menores son generadas por el calor del verano y por la impúdica manera de vestir de las provocadoras féminas y chiquillos/as.

No les discuta a los policías, psicólogos, sociólogos y expertos en violencia de género que salieron a explicar eso urbi et orbe en notas, editoriales y reportajes. ¿Qué no ve que el calor les derrite las neuronas (en caso de que las hubiera) a los hombres y les hace encabronarse y romperle las costillas a las mujeres si éstas no les mantienen las cervezas bien frías y las nalgas bien calientes?

Siguiendo esta lógica, los pobrecitos hombres no pueden controlar sus emociones, sus celos o su ira en cuanto se desconchinfla el termostato. ¡Pues ya está!, en vez de pedir millones al gobierno para hacer más leyes, abrir refugios y más jueces y policías que no se dan abasto procesando a tanto golpeador, pidamos que nos pongan un aire acondicionado bien chingón en cada casa. Aunque me pregunto qué pretexto pondrán en Noruega, en Finlandia o en la punta de los Andes los agresores y asesinos de mujeres ¿allá será porque hace mucho frío?

La culpa de todo la tenemos nosotras, por andarles licuando el cerebrito de reptil (o de Brocca, como diría Carl Sagan) a los indefensos XX, que ni piensan, ni controlan sus impulsos y por lo que se ve tampoco son responsables de lo que hacen. Es que es el calor. Bueno, entonces al próximo que me agreda le volaré los sesos, porque no voy a poder contener mis impulsos de supervivencia, ¿o no va así el razonamiento señor juez?

Y para cerrar la pinza, los curas se unen al coro de filósofos de la perdición y piden hacer una hoguera de minifaldas para quemar en ella las libertades de las ciudadanas rejegas, ¡que nada más andan provocando a los inocentes varones! con esa exhibición de pañales tentadores, con esas pantaletas de cincuentonas, con esos shorts de boy scouts tan suculentos o con esos escotes en la camiseta de los novicios y en las blusitas escolares. ¿Por qué no les recomienda a los pobrecitos hombres que se pongan un cinturón de castidad para que no pequen y así se vayan derechito al cielo? Porque pedirles que razonen, respeten a mujeres y niños y controlen a sus pitos locos es demasiado, ya está visto.

Para que se solacen con un paseo por la edad media, les convido:

La impúdica nota

http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2008/08/13/pide-iglesia-catolica-mexicana-a-mujeres-no-usar-201cropa-provocativa201d



La pudorosa visión desde la fe

http://www.desdelafe.com.mx/index.php?option=content&task=view&id=3022


Aclara que no dijo lo que dijo

http://www.siame.com.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=3762&Itemid=1




Fotos de Shadi Gadirian, Irán.